miércoles, 29 de noviembre de 2017

KNIGHTFALL ¿la caída de los templarios o de HBO?

El 6 de diciembre se estrena Knightfall, la tan esperada aventura épica sobre los cruzados de History Channel que emitirá HBO y que parece llamada a acunar los corazones de los que en estas Navidades echen de menos Juego de Tronos.

Pude acudir al preesteno en España, donde acudió su protagonista Tom Cullen, y, la verdad es que me dejó sentimientos encontrados.

La serie nos narrará la caída de los templarios desde la caída de Acre en 1291, momento en el que arranca la serie, hasta (presumiblemente) su disolución el 13 de octubre de 1307. Viernes, por cierto, y origen de la leyenda de la mala suerte de esta fecha.

En principio, sin ver nada, la historia se presenta muy atrayente: caballeros, uniformes con halo romántico, espadas, batallas y nobles corazones. La Edad Media más idealizada y fantasiosa.

Al arrancar es inevitable pensar, en primer lugar, que se nota que History Channel no necesita un buen piloto para vender la serie: el primer capítulo, como fue el de Vikingos, es un tanto mediocre y muy muy introductorio.

La batalla de Acre es muy decepcionante, ya que las maquetas se hacen tan evidentes que dudas si estás viendo una gran producción o una de esas películas... Los personajes, maniqueos y sin fuerza. 

Algo está mal cuando se reúnen con el representante del Sultán y la historia que quieres ver es la de los musulmanes: qué interesante, qué ropajes, ¿saldrá qué ocurre desde ese lado y podremos comparar las culturas? ¿Y por qué luchan ellos?

No.

Decepción.

Así que nos quedamos solamente con la otra parte de la historia: la del hombre, blanco, cristiano, miembro de un “club” (de ricos, los templarios) que se dedica a prestar dinero, hacerse rico y a matar musulmanes. (¿?)

Como os imagináis, a estas alturas, la historia me pareció bastante inadecuada y arcaica en el peor de los sentidos. No sé qué pretende History Channel; igual este es el comienzo y dará giros poco a poco hacia la alianza de civilizaciones o, simplemente, a mostrar la complejidad que la época tuvo.

Veremos.

Pero me temo también que siga la estela de «El Código Da Vinci» de Dan Brown y sus secuaces. Empezando por asumir el dogma de fe de que el Santo Grial existió. Físicamente. Y que se luchan por símbolos y creencias y no por aprovechar oportunidades, acumular poder y riquezas. Un poco infantil para el público de HBO.

Algunos personajes secundarios seducen a la cámara y otros protagonistas son absorbidos por los estereotipos.  El Papa Bonifacio VIII (Jim Carter) está genial, además ¡nos alegra que el mayordomo de Downton Abbey haya ascendido!

En cambio, otros, como Guillermo de Nogaret (Julian Ovenden), personaje histórico con gran relevancia en la trama por venir, pasa por completo desapercibido y no suscita el más mínimo interés.

Para el resto de los actores creo, simplemente, que los papeles les han llegado demasiado pronto, y no ayuda a darle credibilidad a la trama.

El protagonista Landry, el caballero templario, está interpretado por Tom Cullen, que contaba con 31 años cuando se rodaron los capítulos. Y se nota. Físicamente tiene fuerza, pero le falta solera: nos contraponen el presente con 15 años atrás, cuando sucedió el asedio de Acre y lucho ferozmente con… ¿16 años?

Lo mismo ocurre con Juana de Navarra, madre de una adolescente Isabel, interpretada por Olivia Ross con ¿29 años? ¿Y hace de madura sexy que impone su voluntad de forma velada?

Creo que si se hubiera hecho la serie, por ejemplo, siete años más tarde hubiera beneficiado a todos, tanto a los actores y a su presencia, aportando verosimilitud y fuerza a los personajes, como al guion, que adolece de simpleza y de conocimiento superficial de la historia.

Y es que en el segundo capítulo la princesa Isabel grita a los cuatro vientos que quiere casarse y ser reina ¿de Cataluña? Este “detalle” no solo provocó la risa generalizada en la sala, si no que, a los historiadores presentes en la sala, nos ha hecho ponernos a la defensiva y desconfiar, por norma, de todo lo que se cuente. ¿Es este el rigor de una serie “histórica” de un millón de euros?

Por cierto, History Channel, qué pasa con la cabecera ¿no hay? ¿Falta esa obra de arte de síntesis cinematográfica que es la entradilla audiovisual? ¿No la tienen lista? La cabecera de Isabel es insuperable, pero hay que intentar con alguna que se la parezca. De nada.

En definitiva, estos dos primeros capítulos fueron un disparate; entretenido, violento y con sexo gratuito, pero inconexo y un tanto improvisado, que no sabemos cómo van a evolucionar. Al final del segundo se vislumbra un cambio de ritmo y empezamos a preguntarnos cosas, pero ni es Vikingos, ni El Ministerio del Tiempo, ni Los Borgia, producción, por cierto, de la que ha aprovechado parte del decorado en sus estudios en Praga. 

Seguiré la serie, la curiosidad de ver cómo salen de este embrollo es demasiado grande. Aunque al mismo tiempo temo que se quede en esta visión de la historia fragmentada, distorsionada y simplificada, que poco puede aportar si no la simplificación de nuestro propio pensamiento.


Espero que la calidad de los guionistas me sorprenda.



Plus de cotilleo: en el IMDb de Tom Cullen pone que mide 1,85cm. Solo puedo decir que hemosido engañados