lunes, 29 de abril de 2013

Top 5: cabeceras de series


Bueno, para estos días de vacaciones una tarea sencilla, ¡recordad las mejores cabeceras de series de los últimos años! Yo os avanzo las mías... mandadme vuestros resultados por comentarios o por mensaje privado, no importa, tendré todas en cuenta para un futuro post...

Yo siempre me veo las cabeceras y las doy mucha importancia, porque, si están bien hechas, es el resumen visual de toda la serie; como un perfume, la entrada es la esencia de todo lo que vamos a ver.

Entre mis favoritas, la más rara de todas (porque no suelo ver series españolas): la cabecera de Isabel. Me gusta mucho porque es muy sobria, muy elegante...me atrevería a decir que hasta tiene un toque muy castellano, porque transmite muy bien la rotundidad e intensidad de la meseta. ¡Eso es! ¡Muy mesetil!





De las más recientes me encanta la cabecera de Vikings. Es espectacular, con imágenes de una civilización que se hunde bajo el mar...y a la vez renace al rescatar en el presente sus vestigios. Me gusta: ¿final o principio?.

La música además me parece muy acertada, muy metálica, casa muy bien con las imágenes de las armas (¡de ahí que sufriera tanto la semana que la usaron para anunciar otra serie, vamos a ver!).






También me parece una obra maestra la entrada de Los Borgia. Como un lienzo donde todo el óleo se diluye como sangre y se vuelve a pintar encima, una y otra vez. Muy artística. Me gusta más que la de Los Tudor, la verdad.







Y bueeeeeno, también selecciono la de Juegos de Tronos, que también me gusta, y a pesar de que no es mi estilo (ya sabéis, el arte del silencio frente al arte del ruido). Es una cabecera muy dinámica, que hace hincapié en la maquinaria que hay bajo ese Risk gigantesco que es la serie. Creo que es un buen resumen de la esencia, pero he de reconocer que me atraen más las cabeceras más minimalistas. Ups!




Y para terminar, os quiero poner mi cabecera favorita de todos los tiempos, o seguro que casi, porque si me acuerdo todavía...Es la de A dos metros bajo tierra (que tiene además la mejor secuencia-final de todas las series que he visto). Como podéis ver, una entrada bastante sintética con una música un tanto inquietante...¡normal!, la muerte no es como para reírse...aunque el creador graba su nombre en la tumba, ¿nos atreveríamos nosotros?






miércoles, 24 de abril de 2013

La caza, de Thomas Vinterberg

El lunes vi «La caza»  de Thomas Vinterberg (en danés, claro),  y todavía me estoy recuperando de la conmoción. Es tan perturbadora, se sufre tanta angustia y desesperación, que te deja bastante noqueado. La película te agarra el corazón, te lo deja unos segundos fuera para que sufras, y luego te lo coloca de nuevo, pero dado la vuelta. Una agonía.

Y así lo tengo yo, y creo que esa desolación me va a durar algunas semanas más. Y es que esta congoja es muy típica del cine danés, que tanto me gusta. En estas películas abundan los grises, no hay buenos ni malos. Hay personas, no personajes arquetípicos. Y con pocos recursos y sin grandes explosiones son capaces de crear historias que se te meten muy dentro.

Y podéis pensar: ¿y por qué voy a querer ver este filme si me va a afectar tanto?

Bueno, es que el cine es como las personas. La gente es infinita mientras que tu tiempo es limitado. Tú decides si, en este tiempo que tienes, quieres conocer a gente que simplemente te distraigan, con las que pasar un buen rato y luego olvidar para siempre. Gente prescindible de usar y tirar como la gran mayoría del cine USA. O…quieres que, las muchas o pocas personas que conozcas, te agarren el corazón, te creen conmoción y cambien tu vida. Que dejen una impronta permanente en tu ser, y que este cambie al unísono.

Tenía un profesor que alertaba de lo peligroso que es querer dejar de estar aburrido. Nos contaba que, en ese momento, lo único que se podía hacer era continuar aburrido. No hacer nada. Porque cualquier otra decisión tendría consecuencias lamentables: ver una película por aburrimiento, buscar una pareja por aburrimiento…bueno, él se refería en concreto a empezar una guerra por aburrimiento (donde los pijos sacaran sus caballos a pasear y disfrutaran jugando al Risk con los campesinos…) pero bueno, también nos vale, ¿no?

Así que, como tenía este aturdimiento existencial, el martes me di un paseo hasta la Biblioteca Nacional de España donde "leían para nosotros"…una actividad muy sugerente de donde traje ideas para leer y, sobre todo, muchas ganas de escribir.

Creo que me voy a animar con «El maestro y Margarita», de Mijaíl Bulgákov, que parece que es una gran historia de Amor. Si alguno lo ha leído y quiere advertirme de algo ¡qué lo haga ahora! (por ejemplo de muertes de mascotas, que lo llevo fatal, o de que es un bodrio…please). 

Y, para terminar, os dejo un texto que también leyó una de las trabajadoras y que fue muy emocionante: el Discurso de Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo, que seguro que conocéis. ¡Qué palabras...!




Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo. 
Medio Pan y un Libro.
Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.
«[…]No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.»


domingo, 21 de abril de 2013

Top 5 de Series de Política

Aunque no me lo crea aún, he conseguido sobrevivir a una semana donde La Sexta se ha dedicarnos a torturarnos anunciando The following con la banda sonora de Vikings (vamos, vamos…!). Y es más, he conseguido hasta ver dos películas y descubrir alguna que otra serie estupenda…así que, ¡allá vamos!

El primer bombazo de esta semana ha sido una mini-serie americana al estilo de Mildred Pierce (esto es, igual de buena): Rectify.

Tras 19 años en el corredor de la muerte (no en la cárcel: en el corredor de la muerte, con lo que esto es, entre otras cosas no tener ni una triste ventana y estar ahí...esperando...), al prota le sueltan tras no poder demostrar que es culpable con las pruebas de ADN. Así que, mientras espera el nuevo juicio, se vuelve con su padres al pueblo donde ocurrió todo. La serie como prevéis va a tocar temas muy...inquietantes, e intuyo que el desarrollo también lo va a ser…Me gusta.

En el otro extremo está Da Vinci´s Demons, que en realidad empezó la semana pasada pero la tenía en cuarentena…y todavía hoy no se qué pensar. Es un pastiche fantasioso, que aspira a ser una mezcla entre The Borgias y The Tudors (de donde ha heredado parte del reparto, por cierto). Pero a lo que más se asemeja es a Sinbad, una serie del año pasado muy trasnochada. Vamos, que es el Da Vinci pero el de Dan Brown, esa calidad tiene. Quiere tener sexo, quiere tener aventuras y quiere tener misterios de llaves e historias de esas donde siempre se tropiezan en una piedra…y resulta que es la que estaban buscando. Todo esto a la vez. Y ¡ojo!, que no digo que sea aburrida…si encima te echas la tarde…de ahí la cuarentena…sabes que es mala pero sigues viéndola…vamos, como Spartacus…Qué cosas...

Y por fin ha vuelto una de mis series favoritas: Veep. Es la Casa Blanca…pero en comedia, porque son los entresijos de la política pero los diparatados, esas cosas que se dicen entre dientes mientras se sonríe…Y es que si soy fan del humor (con gracia, claro!) casi lo soy más de la series de política, bueno, de Política, que suele ser la política americana, que es la más profesional y grandilocuente.

Así que ahí va mi Top 5 de Series de Política:

1.       El ala oeste de la Casa Blanca, of course, como no podía ser de otra manera. Un clásico imprescindible.

2.       Political Animals, (En la que además aprecio que la protagonista sea una mujer de 1,80...cuestión de identificación. De hecho en la anterior serie el personaje femenino más fuerte también es muy alta…que curioso. Seguro que me gustan tanto también por esto).

3.       House of Cards (toda una sorpresa, de este año)

4.       Scandal, que está si que tiene líos liosos... (la segunda temporada mejor aún que la primera).

5.       VEEP

El orden que siguen es el orden de emisión, de la más antigua a la más reciente…pero todas son impresionantes, con tramas que..vamos, que no es por desmerecer a Juego de Tronos, pero es que estos son los tronos que se juegan actualmente…y no está de más que estemos un poco al tanto. Yo me vería todas (de nuevo), no os digo más.  

Y para terminar el resumen de la semana, os recomiendo dos películas, las dos con temas muy interesantes, muy de actualidad y muy bien filmadas. Son Tierra prometida (el tema, el del tracking, que os vaya sonando porque en España lo vamos a sufrir pero ya) y Efectos secundarios (con unos giros que te sorprenden, que no es fácil).

¡Espero que os gusten!


miércoles, 17 de abril de 2013

Lo que aprendí del Rijksmuseum


Leyendo la noticia de la reapertura del Rijksmuseum tras diez años de obras, no puedo dejar de pensar en qué fue para mí este museo y qué aprendí entre sus obras. 

En primer lugar, el Rijksmuseum fue la razón por la que elegí Amsterdam como destino Erasmus. He tenido que aguantar muchas risillas cuando dices en qué lugar has estado, pero vamos, que hasta los catedráticos en arte contemporáneo me imaginaran fumando porros sin parar era algo que me repateaba. 

Porque Amsterdam tiene mucho más que Distrito Rojo (en el que hay una iglesia católica clandestina en un ático impresionante, por cierto). La ciudad tiene un arte bastante desconocido en los museos españoles donde sufrimos en exceso el arte italiano para mi gusto–, precedente muy importante del arte contemporáneo (tema del que quería hacer el Doctorado). Así que el destino solo podía ser Amsterdam, claro. 

Obviamente el Rijksmusum fue el primer lugar que visité, y sola, claro, porque estos acercamientos requieren que vayas así, como a una cita ciega, sola y a por todas…

Desde este primer día me ocurrió una cosa muy curiosa, y es que el Rijks se convirtió para mí en la puerta de acceso a la ciudad. De mi barrio (al sur) al Rijks había 5km, una distancia suficiente para no morirte pedaleando: atravesaba la bóveda del Museo bajo la que pasaba el carril bici (en este espacio siempre estaban unos músicos tibetanos tocando música tradicional), encadenaba la bici a las mismas verjas del Museo…y ya el centro-multitud-de-turistas-locos lo hacía andando. Así que era mi parking y mi emblema de bienvenida a la ciudad.

Pues allí estaba yo, en un Museo que se me hizo gigantesco. Porque había una parte más señorial y ordenada donde estaba los óleos: pero luego había salas y salas con porcelanas, cristal, dibujos…impresionante.

Por supuesto que lo primero que ves es la Ronda Nocturna (que me gustó pero no forma parte de mi Museo Imaginante, ohhhh!!), y en la misma sala los cuadros con barcos que tan horteras te parecen en casa de la abuela pero en persona reconoces la maestría del artista (glups). Ayuda el tamaño, claro, pero me parece que las reproducciones de mi abuela no eran de Van de Capelle ni de Van de Velde, nombres por cierto que después de 4 años de carrera de Historia del Arte me sonaban a chino…

Y a chino me sonaba también Paulus Potter, con quien hice un ridículo horroso cuando al ver  una calle con su nombre dije: «ja, que gracia, y este ¿quién es?, ¿el tío de Harry Potter?».

Soy lo peor…cuando vi sus obras en el Rijks, (porque, por cierto, es un pintor), me sentí la más tonta del mundo. Porque además es un pintor estupendo, diría que mejor pintando vacas.

Lo más importante, o lo que más me cambió, fue sin duda los bodegones, aquí y en otros muchos museos de los Países Bajos: Floris Claesz van Dijck, Willem Claesz Heda, Abraham van Beyeren… Y me cambió porque, tras ver tranquilamente tantos y tan buenos bodegones, entendí que había dos tipo de arte: el arte del ruido y el arte del silencio.

El arte del ruido, de la prosa, es aquel que cuenta historias, que tiene muchos personajes, movimiento…el que yo identifico, sobre todo, con el arte italiano.

El arte neerlandés es, sin embargo, el arte del silencio. De la poesía. Son objetos inmóviles, cuyo mensaje está concentrado y hay que desvelar tras los brillos de los materiales y los colores de las flores y las frutas. 

Y con esto me quede fascinada. Otro ejemplo de «lo bueno si breve…». Las historias dispersan: los bodegones concentran. Me parecieron un reposo de paz y un ejemplo de meditación hecha arte. Un limón. Un vaso. Un cuchillo. ¡Fantástico!. Hasta el nombre me gustó!, porque no es igual naturaleza muerta que «still life», claro.

Bueno en realidad disfruté mucho y tuve muchas más revelaciones ya que pasé muchos muchos días en el Rijks, entre otras cosas porque en Holanda tenían un pase anual para los Museos y me salía gratis volver (ja!, que felicidad).

Pero me quiero despedir, por ahora, con dos obras que llamaron mi atención:

El Cupido de Falconet, que me gustó muchísimo (y del que meses más tarde vi otra copia en el Louvre), y la Casa de Muñecas de Petronella Oortman. Con esta última, fijaos si me quedé alucinando que no vi el cristal de protección y me dí un golpe en la cabeza impresionante....pero bueno, como dice una amiga, los altos tenemos esa capacidad de estirarnos mucho y poner la cara de dignidad de «no sé que miras si aquí no ha pasado nada»...

Con el tiempo he descubierto que estas no son casas de muñecas para jugar, como crees al principio, si no reproducciones a escala de tu propio hogar. Yo, que comparto mucho el carácter de hogar del mundo nórdico, entendí aún más el valor de estos objetos.

 Y como el Rijkmusuem tiene tanto tanto que enseñar y tanto con lo que disfrutar (que necesitaría un blog en exclusiva) os dejo el link para que hagáis la visita virtual. Las obras de remodelación las han realizado los españoles Cruz y Ortiz y creo que han realizado una labor magnífica. De repente, todo el Museo añejo está inundado de luz, y, aunque no lo parezca, la luz del norte es estupenda porque es muy estable. Creo que voy a pensar que los españoles hemos llevado la luz a Amsterdam, ¡que me gusta la idea!




domingo, 14 de abril de 2013

Top Ten Series: Comedia y canadienses


Por fin se están animando un poco los domingos y ya no es solo el día de SNL, sino que ahora es también el día de The Borgias y Nurse Jackie, hoy con capítulo doble. Vamos mejorando.

Esta semana además he descubierto una serie francesa (¡sí, francesa!) que está fenomenal: Les Revenants. Es terror psicológico y  ha empezado muy bien: de repente aparece en un pueblo de montaña gente  “resucitada”, así tal cual. La verdad es que te dan escalofríos solo de ver los paisajes y esa presa mastodóntica que se comió al antiguo pueblo, así que con los personajes ni os cuento. A mí me da pavor un niño, que es algo así como el niño de la curva, que es igualito que los de una rama de mi familia, así que cada vez que lo veo…que horror. Lo paso fatal con la serie, pero de lo buena que es. Espero que no la estropeen al final enredándose tontamente (sí, estoy pensando en Lost, me habéis pillado). Si os animáis, ¡contadme que os ha parecido!

Y por petición popular voy a hacer un resumen de las mejores series de los últimos años. Hoy solo la primera parte, porque hay más de 50 series que merecen la pena.

Como no podía empezar de otra manera, empezamos con ¡la comedia!, esas series que te ves desayunando y el día pinta ya de otra manera, ¿o no? Fundamentales además para sobrellevar esta ansiedad existencial continuada que sufren los treintañeros en este país (si es que se tendría que poner las entradas del cine baratísimas para poder soportar la crisis...).

Las más recomendadas son, por supuesto, The Big Bang Theory (por si queda alguien que no la haya visto…que he conocido a alguno...) y otra más desconocida, que es desternillante: Spy. Esta última es británica, y tiene ese punto de humor esperpéntico tan divertido, y algún que otro personaje fantástico. No os la perdáis.

También me gusta mucho 2 broke girls, con un punto muy gamberro y descarado. (Voy poniendo los links para que veáis de qué va cada una, pero solo os recomiendo «género del bueno», ¿eh?).

Comedias más convencionales son Modern Family (que creo que la conocéis todos, entre otras cosas porque tiene tropemil premios) y Go On (que es de este año y el protagonista es Matthew Perry, de Friends). 

Y series muy graciosas, pero muy generacionales (ya lo advierto, eh? No treintañeros…abstenerse) son: Awkward –con unos puntos muy buenos, aunque sea de instituto (de estas que hasta yo me sorprendo: «¿como voy a ver yo series de instituto», pues sí, hay que reconocer que está graciosa...you welcome)–, New Girl (con la hermana de Bones como prota), Men at work y Whitney.

Y antes de pasar a otros géneros en los próximos post, me gustaría hacer un top ten de series canadienses, que no se conocen mucho, pero hay algunas de calidad. Además me gustan porque el día a día es más europeo; quiero decir, que los asesinos no son psicópatas, sino que tienen problemas psicológicos; se detiene con otros modales sin hacer escenas de películas de acción; las relaciones son más tranquilas y ordenadas…vamos, que no están pensadas para meter miedo en el cuerpo. Qué país tan especial que es Canadá…

Me gustaría recomendaros, en primer lugar, Being Erica, que ya terminó. Tenía un argumento muy original, y aunque en alguna temporada perdió un poco el ritmo, fue una serie muy interesante.También muy generacional.

Otra con un planteamiento bastante original es Continuum. Además el 21 de abril comienza la segunda temporada, así que los fans de la Ciencia Ficción pueden ponerse al día…

Con temas policiales están Copper (muy interesante, y también tendrá este año una segunda temporada), Rookie Blue y Cracked.

Y en el apartado de series históricas encontramos Los Pilares de la Tierra y Un mundo sin fin (que sí, eran canadienses), y, emitiéndose ahora, Bomb Girls. Chicas, esta está muy bien y trata sobre la incorporación de las mujeres a las fábricas durante la guerra  y como cambió su vida para siempre (no lo puedo evitar, tengo debilidad por las series que traten el tema de la independencia femenina...).

Y estas por ahora, ¡qué sé que dejáis de leer si me paso de longitud! En el próximo post…más. Y si queréis adelantaros podéis echar un vistazo a mis votaciones en Filmaffinity (soy aza), que hasta yo lo tengo que consultar a veces para acordarme de lo que he visto! Y para animaros, os dejo el trailer de Spy y de Les Revenants (!que miedo!)

¡Hasta pronto!


sábado, 6 de abril de 2013

Anna Karenina



Poco a poco va arrancando la temporada primaveral de series, y como no solo de Juego de Tronos vive el hombre (¡ni mucho menos la mujer!), os voy a contar las últimas novedades.

El lunes vi Black Orphan, que tenía buena pinta…y me pareció una tomadura de pelo. Hace un año ya se intentó un argumento similar con Ringer (con Buffy Cazavampiros de prota) y ya fue un pestiño de serie. Se han limitado a cambiar a una rubia por una morena. Si alguien tiene especial interés o necesita coger ideas sobre la suplantación de identidad, adelante. Yo por lo menos, con tanto como hay para elegir, voy a pasar…

Y también me parece que voy a pasar de Hannibal, que es una mezcla de Elementary  y Perception sin mayor interés.

Lo que más me atrae es el propio Hannibal, que es Mads Mikkelsen, un actor muy conocido del cine danés y que me parece una apuesta interesante. Pero entre que no encuentro nada original, y que he leído que va a durar varias temporadas….uff, que pereza. Y aquí es que sí que hay (como en tantas otras cosas) dos tipos de personas: las que quieren temporadas largas que les acompañen durante años…y los que preferimos las mini-series BBC “lo bueno si breve dos veces bueno” (J.J. toma nota, ¡por favor!).

Eso sí, respecto a Hannibal me ha resultado deliciosamente irónico ver al danés dándose el banquete de carne….a lo El festín de Babette.


¡Y por ahora poco más! Recomendaros muy mucho Anna Karenina, que es un peliculón (de los buenos, eh?). Es como un elegante ballet donde el ruido de las zapatillas se sustituye por el de los abanicos. Una puesta en escena muy interesante, que a veces se da un aire a Moulin Rouge (por el movimiento y el colorido sobre todo). Seguro que además no podéis quitar la mirada de las joyas ni dejar de disfrutar de la música. Toda una sorpresa, desde luego mucho más de lo que esperaba (y esperaba bastante). ¿Sobre qué te hace reflexionar?:





«No olvides que es comedia nuestra vida
y teatro de farsa el mundo todo
que muda el aparato por instantes
y que todos en él somos farsantes;
acuérdate que Dios, de esta comedia
de argumento tan grande y tan difuso,
es autor que la hizo y la compuso.
Al que dio papel breve,
solo le tocó hacerle como debe;
y al que se le dio largo,
solo el hacerle bien dejó a su cargo.
Si te mandó que hicieses
la persona de un pobre o un esclavo,
de un rey o de un tullido,
haz el papel que Dios te ha repartido;
pues solo está a tu cuenta
hacer con perfección el personaje,
en obras, en acciones, en lenguaje;
que al repartir los dichos y papeles,
la representación o mucha o poca
solo al autor de la comedia toca.»

Quevedo, «Epicteto y Phocílides en español con consonantes» (Madrid, 1635)



¡Y para muestra un botón! Os dejo un fragmento que representa a la perfección el movimiento circular que envuelve a los enamorados, y del que os hablaba en mi artículo sobre Citera: ¿impresionante o qué!.








¡ A ver si saco a pasear un poco el SEPE´s Card y la semana que viene os cuento algo de las últimas exposiciones!